LA PASTOCITA
Era una niña muy pequeña. Tenia pocos
añitos y guardaba unas cincuenta ovejitas, las llevaba a pastar por las
montañas donde hacía tanto frío que casi se helaba la llama del fuego, y para
protegerse llevaba un gorro unos guantes y unos calcetines que su mamá se
los había hecho con la lana de las ovejitas; también llevaba unas polainas de
piel para protegerse las piernas y en su mano un cayado; era una pastorcita que pateaba las
montañas pobladas de sabinas, encinas y también arbustos que por su
espesura no dejaban ver al pueblo. La acompañaba una perrita que la bautizó con
el nombre de Luna, porque en la oscuridad de la noche, cuando la luna del cielo dormía, ella la guiaba.
Allá a lo lejos, sé veían como dos faroles muy juntitos ....; la noche era
oscura...... ¿Qué será? ¿Dos luceros?¡¡ No!! Están a ras del suelo. ¿Serán dos
fuegos? No porque el fuego no camina con el viento en contra.... y el viento la
daba en la espalda. Los dos faroles se iban acercando, acercando .... ¡uuuuuy, qué miedo!!- dijo la
pastorcita, pero Luna, la perrita la tranquilizaba con unos--- guau, guau,
guau—que querían decir: no tengas miedo.
De pronto se oyó un maullido y otro maullido, era un gatito,
que se había perdido asustado y
tembloroso, se acercaba a la pastorcita con un miau miau
miau que quería decir; quiero ir
con vosotros, no me dejéis solo. Y la pastorcita que amaba tanto a
los animales le dijo bien, ven con
nosotros ¡¡Pero tú no sabes guardar ovejas!!¿y cómo nos ayudaras? Pero el
gatito quería sentirse útil y no estar solo la dijo: yo acompañare a Luna la
perrita y me enseñará a cuidar las ovejitas. Bueno, bueno, dijo la pastorcita
pero nunca he visto que un gatito se deje enseñar por una perrita----¡Con el
mal genio que gastáis!—y el gatito muy triste la dijo:--¡No, mira! Como te
acaricio y no te araño ¿Lo ves? no tengo uñas. Pero el gatito la engañó, había
escondido las uñas porque quería seguir con ellos, tuvo miedo a decir la verdad
y seguía acariciándola. De pronto el
gatito dio un salto y cogió un ratoncito
con mucho cuidado, demostrándola sus
habilidades------ y la pastorcita rápidamente le dijo:- ¿Que haces? A lo que el
gatito la contesto con mucha ternura:--miau, miau, miau, que no le hago daño,
sólo quiero jugar con él--y le soltó muy suavemente echando a correr. La
perrita Luna se unió al juego y echó a
correr detrás del gatito que con el lomo arqueado saltaba saltaba y saltaba .
El ratoncito asustado suplicaba: no me hagáis daño, no me hagáis daño ----y la
perrita le tranquilizo diciendo: no temas, no temas. También el gatito añadió:--solo
queremos jugar contigo, vamos, escóndete, escóndete entre los matorrales. Y la
pastorcita, muy contenta añadió: -- ¡si! Todos a jugar, esconderos ------¡Vamos!
Pero se escondieron tanto jugaron tanto
que no se encontraban --- De repente la pastorcita oyó un sonido muy flojito,
era la voz del ratoncito. Y con voz muy suave para que no se asustaran y llena
de ternura los dijo:--- venid, venid,
¿veis como podemos ser buenos amigos?--- Y las ovejitas al oír esto, empezaron
a balar llenas de alegría. Balaban balaban y balaban para decir al mundo. ¿LO VEEEEIS?
¡¡ LA CONVIVENCIA ES POSIBLE!!
JUAN
GARCIA INES